martes, 11 de febrero de 2020

Murallas Y membranas

Las  murallas defensivas de las ciudades micénicas y la progresión de las formas de fortificación  alrededor de cualquier asentamiento humano me recuerdan los procesos de los organismos biológicos, como en el caso de la célula donde  la membrana que recubre las organelas internas  constituye el paso decisivo de transformación hacia la forma de las células eucariotas, donde   formas vivas como  las células procariotas quizás “deciden comenzar a trabajar en conjunto”y dar un paso hacia adelante en vista de su inter-relación.
Desde esta perspectiva, podríamos pensar que todo límite marca un intento de organización específico, las murallas de Micenas, el muro de Adriano en la antigua Bretania: quién decidió que hasta allí se extendía el mundo (y por supuesto que el territorio del mundo coincidía con los límites  de Roma), la muralla China, el muro de Berlín, las fronteras nacionales, los cercos electricos  de los barrios cerrados, todas ellas, formas de un intento de organización funcional y sistémco que procure su supervivencia resistiéndose al caos de la exterioridad pura donde todo lo otro queda fuera del mundo.
¿No les llama la atención también que  la arquitectura y urbanización de las ciudades modernas se parezca tanto a las vias capilares  por donde circulan los fluídos corpóreos?, la sangre por el cuerpo se distribuye a través de redes: arterias, venas, vasos, capilares que transportan pequeños organismos que a la vez transportan  elementos que fluyen, se integran, combinan, reúnen y transforman  decidiendo que lugar ocuparán, o de que modo se integrarán a la masa celular estructurada bajo una forma específica que a su vez constituye parte de  un cuerpo orgánico.

No olvidemos que una de las   construcciones del concepto de  “inteligencia”  se ancla en la  idea de una  capacidad anticipatoria de eventos como respuesta adaptativa al medio; y la “conciencia” se concibe como interiorización  de una identidad exterior  duplicada sobre un mapa simbólico que reconstruye el equema biológico y sus funciones cognitivas y sociales al modo de  una entidad auto consciente y auto defensiva.

Entonces, los límites marcan  el cierre de esta entidad organizada sobre los elementos de la exterioridad recortando un tramo del “todo” mismo y reconfigurando la funcionalidad de los elementos en una interaccion proactiva que defiende y reproduce la estructura amurallada que ha consturído.

No hay comentarios: