martes, 18 de septiembre de 2012

La globalización de los derechos, y no la de la mercancía y el dinero


Creo que no nos sirve de nada una oposición en binario: intentando definir "al otro" como el "lado del mal"- Nos, los ciudadanos libres en pleno ejercicio de nuestro derecho democrático, participando de las instituciones que nos reúnen en una comunidad, estamos suficientemente maduros para decidir que queremos para nuestro futuro- Hay un horizonte en común: el bien general en pleno respeto de los 
derechos individuales- El problema, claro está, es que significa todo esto y como implementarlo. Descalificar al otro por su apariencia, por su condición social, por su identificación política, por su ideología partidaria, por su pertenencia a un grupo, nos ciega a la riqueza de la diversidad en la que florecen los sujetos como irrepetibles, entramados en significaciones comunes, pero siempre únicos : esta fue la posibilidad de la modernidad:, elegir en un mínimo margen de libertad subjetiva- Es tiempo de moderar nuestras intensidades: los debates demandan espíritu crítico, razones, motivos, argumentaciones, ideas en las que se puedan proyectar realidades posibles, aceptación de lo diverso, y la capacidad plena del ejercicio de la duda y la reflexión mas que la certeza y la cerrazón. El problema del sistema democrático moderno (en el mundo entero) es su falta de legitimidad representativa: si pudiésemos debatir, disentir y decidir entre todos sería mejor, ¿verdad?- Creo que este es el gran punto, la clase política detenta el poder de representar a los ciudadanos, y los ciudadanos queremos participar mas, no mediados por un líder bueno que nos diga que tenemos que hacer. Hoy ya tenemos tecnología suficiente, que si fuese distribuida en forma igualitaria, si fuesen distribuidos todos los recursos ( económicos, simbólicos, sociales) en forma mas ecuánime y sin mediación de ningún benefactor mas que la voluntad mancomunada del colectivo social expresada en acciones concretas, sería posible tansparentar la voluntad del pueblo todo en pleno ejercicio democrático de su soberanía- El segundo paso sería extender los derechos soberanos de los ciudadanos que integran los estados nación mas allá de sus fronteras , hacia todos los habitantes del mundo, los pueblos y colectivos fortalecidos en su comunidad e integrados en el universo al que pertenecemos como especie extendida- La globalización de los derechos y no la de la mercancía y el dinero- Bueno, podrán decir que soy un soñador, pero no soy el único....eh!