jueves, 26 de mayo de 2011

Recupero el sentido


Ahora mismo que pudiera escribir algo entramado a la prosa de la ciencia aturdiendo como la palabra erudita aturde el oído del infiel, ahora mismo que escribo inútilmente golpeando estas teclas como las teclas de un piano desafinado, sin saber conjugar los sonidos infinitos que llevan agua al éxtasis del deseo por escapar una vez mas de la mismidad que nos conjuga-

Esta tensión superficial de todo lo leve, esta evidencia de inutilidad tan tremenda que me deja solo y perplejo.
Cuando no hay nada que hacer, aparece la nada. Amenaza con la voz desafiante. Nada que hacer que no sea productivo, que no se encarrile y genere en sentido, que no nos agote en el vacío de una existencia nula-
Trenzamos nuestros vínculos con las cuerdas rotas, con los hilos y filamentos del naufragio, con todo lo que sobre por ahí.

Identificación: ( los dos puntos anuncian, como el bombo o las fanfarrias: la verdad) ( los paréntesis el tono emocional necesario para disponerse al relato) intencionalidad refractaria de la conciencia que se arroja sobre el mundo dándole a los elementos ( átomos, moléculas, estructuras) un sentido formal.

Anoche mirando el cielo, recuperé la conciencia de la distancia que nos separaban de las estrellas.
Probablemente fuera la luz más lejana que pudiera llegar a mis ojos luego de miles o cientos de años viajando en el espacio-
¿ cómo podemos concebir esta idea? si no es que la imaginamos, imaginamos algo así como un viaje en la nada, en una nada tan vasta que cobra dimensión en su temporalidad. El elemento que recubre el gran contenedor del espacio ( como los océanos que cubren las depresiones geográficas), es el tiempo; el espacio exterior pareciera ser un vasto océano de tiempo; vale la pena recordarlo, el tiempo, esta imaginación colectiva absolutamente insustancial, incorporeidad fenomenológica que se extingue en su propio paso, y que además se renueva en su propia extinción-  

Sobre el tiempo, el devenir y otras yerbas...

Quien asegura que pueda escribirse hoy algo mejor que antes, o lo que antes se haya escrito sea una cima alta que alcanzar, se tratan de otras experiencias narrativas, otras corrientes del relato que han vertido sus aguas en causes distintos del mismo río del devenir y el tiempo
( historia, podríamos decir).
Los hombres tal vez seamos no mas que un sueño; Y la historia no mas que un relato.
Pero la historia se resiste a la estratificación de significaciones visibles, de todas ellas como conjunto, y mas vale solo deja verse la última capa, la superficial. Allí estamos desenterrando memorias como fósiles, como cadáveres que no terminan de desintegrarse en el polvo, y del mismo polvo hecho tierra germinamos desde los ríos de nuestros antepasados , que siguen latiendo en la conciencia que se demora en la escena presente hacia el devenir -
Es una tremenda aventura estar arrojados a este naufragio de la vida e intentar significarla.

El ser y el tiempo han sido los temas que ocuparon esencialmente a los filósofos. Si existe aquello que permanece esencialmente igual y se resiste al cambio en el devenir , o si todo es cambio, flujo en constante movimiento, y en ese movimiento se significa el ser como conciencia del tiempo.

Cuando Freud se refería a la atemporalidad de lo inconsciente pensaba tal vez en este movimiento de la permanencia, ¿como podía algo permanecer en el movimiento?, como podía no solo permanecer sino a la vez significar el instante en devenir entregándonos la presencia, y en la presencia no solo el objeto, la cosa, y un paso mas allá la sustancia y el cuerpo como atributos de la realidad.
Cuando Lacán piensa en “lo Real” entramado a lo simbólico como posibilidad de habitar la imagen del mundo, se retrotrae al viejo problema de la realidad: ¿qué es la realidad?, ¿una convención entre quienes percibimos el tramado de significaciones montadas sobre la escena imaginaria?-
Hoy parecen diluirse la certezas que antaño nos entregaran los vastos sistemas de conocimiento, y ¿qué digo sistemas? , si la propia mención de su “sistematicidad” incluye una categoría determinante como ancla que fondea el peso de toda la construcción semántica, si solo decir "sistema" nos delata modernos.
Cada palabra encarna no solo un centro gravitacional como metáfora de sentidos, sino concluye la órbita de los significantes en una narrativa elíptica como anillo que no puede dejar de girar fuera de su campo .
El problema que preocupaba a algunos griegos anteriores a Sócrates, que tensaba la cuerda del pensamiento y daba forma a una idea más emocional que razonable, era el de la realidad misma, pero bajo su forma paradojal: ¿Cómo podía haber algo donde mas vale debería haber habido nada?, y en ese algo habido lo mas inquietante siempre resulta ser la forma del tiempo gerundio: “habiendo”.
¿Como puede algo Ser, habiendo sido, y seguir siendo, habiendo habido algo de su ser que no cesa en el devenir y renueva la forma del haber siendo lo mismo?
No encuentro modo mas preciso de definir el problema en la expresión mínima de una pregunta que la anterior.
Es el problema del ser y el tiempo en


el devenir en que se renueva-
La cesación del ser es otra paradoja, algo que cesa, que habiendo sido deja de ser-
La ecuación de Demócrito resuelve el problema: sólo existen átomos y vacío, si todo puede resolverse bajo la perspectiva de lo único que es, la significación hegemónica bajo la que todas las demás sucumben, entonces sólo se trata de átomos, los colores, los rumores, los aromas, átomos y reacciones químicas, reacciones moleculares enlazadas bajo la causalidad que determina de estos elementos conjunciones y formas propias-
Reduccionismo hasta el punto fetichista mas íntimo de concebir el todo como la suma de algo que pueda entender sin incomodar mis certezas-

Anoche mirando el cielo, recuperé la conciencia de la distancia que nos separaban de las estrellas.
Probablemente fuera la luz más lejana que pudiera llegar a mis ojos luego de miles o cientos de miles de años viajando en el espacio-
¿ cómo podemos concebir esta idea? si no es que la imaginamos, imaginamos algo así como un viaje en la nada, en una nada tan vasta que cobra dimensión en su temporalidad. El elemento que recubre el gran contenedor del espacio ( como los océanos que cubren las depresiones geográficas), es el tiempo; el espacio exterior pareciera ser un vasto océano de tiempo; vale la pena recordarlo: el tiempo, esta imaginación colectiva absolutamente insustancial, incorporeidad fenomenológica que se extingue en su propio paso, y que además se renueva en su propia extinción

martes, 24 de mayo de 2011

Toma la Calle !


De como las herramientas tecnológicas influyeron en el movimiento 15-M bajo la lógica y estética del modelo corporativo publicitario y de la gestación de un modelo innovador como re-configuración social al tipo "sociedad de redes".
La herramienta de difusión de este movimiento
auto-organizado por ciudadanos españoles es internet; donde ellos deciden utilizar la poderosa arquitectura de redes para expandir velozmente sus consignas y producir la adhesión de miles de ciudadanos que están atravesados por las mismas significaciones y
motivados a actuar ; el proceso es acelerado por herramientas informáticas que actúan a modo de catalizador.

La estética publicitaria de la que se han valido las
corporaciones para inducir estrategias de consumo sobre las poblaciones ha sido re-catapultada sobre las mismas causas que las han generado: los hábitos de consumo y la lógica del capital.
La generación de una estética visual, donde los sujetos han aprendido a reconocer ciertos patrones identificatorios que segmentan la población según sus hábitos de consumo o acceso al intercambio de mercancías, posibilita el canal ahora privilegiado para comunicar. Hemos aprendido a comunicar bajo esta estética y estos códigos, patrones y símbolos.
Esta forma supone una vía imaginaria de comunicación: se
comunica a través de imágenes y símbolos re- significados por el lenguaje oral y escrito , que construye el encuadre semántico pertinente a la vía imaginaria en ejecución. Finalmente la música genera el tono emocional buscado.

Estos fenómenos demandan al menos dos cosas: que el mensaje al ser emitido, los receptores se reconozcan en él generando un vínculo de pertenencia (imaginario o simbólico) donde puedan establecer lazos, y que produzca la suficiente empatía emocional como para producir efectos en la vida “cara a cara” donde se producen y replican estas interacciones mediadas por tecnología en la vida social, (motivación actitudinal y disposición a actuar)-

Una observación llamativa: La estética de difusión de los mensajes del sitio web que mas capitalizó la representatividad de la demanda de los ciudadanos en la web “ Democracia real ya”
http://www.democraciarealya.es/ utiliza la misma lógica de edición y presentación que la publicidad comercial: el mensaje claro y la edición cuidada, efectos visuales, música bien definida, y extrema brevedad.
Intentan un efecto pragmático: no solo una actitud ante un fenómeno : ( indignarse ante la corrupción de los representantes políticos en connivencia con las corporaciones y bancos) sino un efecto comportamental: movilizarse a las calles.
Pareciera que la estética corporativa de la modernidad y su punta de lanza: la publicidad, acorazada tras la potencia de las corporaciones
mediáticas hegemónicas, restringían el acceso público a
la disposición del canal de comunicación otorgando el privilegio a los representantes del poder local, o a los grupos de poder dispuestos a pagar el precio por aparecer en sus pantallas para vender mas o influir a los sujetos considerados como agrupaciones o colectivos, y definidos como “segmentos de mercado”. Finalmente la cultura del consumo, erigiéndose sobre el ideal que la sostiene: comprar, consumir: ( la invariante antropológica del intercambio reducida a las pautas del consumo y la ética corporativa acompañada por la estética publicitaria)
imágenes y objetos, objetos y cosas, imágenes como objetos,
personas como cosas.
Algo de todo esto ha captado este movimiento re-convirtiéndolo: la
estética publicitaria, la lógica de la imagen que rehuye hoy de los
monopolios mediáticos para hacerse del ciudadano común. Y hoy
tienen su espacio de palabra.
Esa bendita pantalla que un día proyectaran los publicistas del Reich
alemán como herramienta de disciplinamiento y adoctrinación donde
aparecían sus siniestros jerarcas ( Goebbels), signando un trazo en
el imaginario y las prácticas políticas que encontraron en estos
ensayos la vertiente para propagar su imperio de dominación
hacia la modernidad : publicistas, políticos, gobiernos y corporaciones se hicieron de la misma herramienta ,
algunos con mayor sutileza y otros obscenamente, pero con el mismo
fin: dominar, definir, vender, influir al Otro social, al sujeto y su
entorno .
También ha servido para generar esta idea de
comunidad simbólica de pertenencia hasta en sus mas absurdos niveles ( comunidad movistar)-

En sistemas políticos jerárquicos, despóticos, la extensión de esta
herramienta respondía perfectamente a las formas praxeomórficas de su sociedad,
“...A veces, los seres humanos tienden a comprender el mundo de manera praxeomórfica: como un mundo moldeado por el saber práctico de la época, por lo que la gente puede hacer y por la manera en que suele hacerlo....”
Zygmunt Bauman

se ajustaban a sus prácticas: una pantalla por familia, información e
interacción unidireccional, jerárquica, descendente.
Hoy algo ha cambiado: las redes permiten que la información y las
interacciones circulen en forma horizontal, pero aún las prácticas
sociales no se ajustan del todo a esta nueva concepción que la
sociedad ha objetivado a través del uso de sus herramientas, . Estas herramientas y su lógica de construcción responden a una lógica de implicación y modelo praxeomórfico que se desajusta en disonancia con el modelo político de estado moderno. Esta asimetría es la que se intenta ajustar utilizando las mismas herramienta que propician este tipo de intercambio e interacción.
Hay formas, representaciones sociales, imaginarios colectivos
desajustados de las prácticas hegemónicas de dominación con que el
“estado nacional” , sostiene la institución legítima del poder
y su capacidad de aniquilación y absorción simbólica de la
anomalía.
Esa disonancia, ese desequilibrio es el que intenta acomodarse con estos movimientos gestacionales .
La fase embrionaria ya pasó, las herramienats están listas, la
distribución global de la tecnología ha alcanzado su masa crítica
en algunos territorios enmarcados por la frontera del espacio
nacional aún bajo la lógica del estado en un mundo simbólico sin
fronteras, abierto a la comunicación y el intercambio .

En estos territorios donde la expansión del capitalismo de mercado y la lógica del consumo prodigaron una distribución de los bienes
materiales, económicos y simbólicos tan grande, comienzan a sentirse las primeras contracciones de esta reconfiguración social de redes.
Esta preñéz social ansiosa de vida cara a cara simétrica con las
herramientas que ya domina: “democracia real ya” tal vez también
signifique que tenemos las herramientas para horizontalizar las
distribución de las responsabilidades y derechos ciudadanos, podemos decidir entre todos mediados por esta tecnología, por primera vez podemos generar un modelo distinto que el de la democracia representativa y formar verdaderas democracias directas: donde todos los ciudadanos elijan, voten, participen en sus asuntos, donde cada uno y todos podamos decidir por nuestro destino sin necesitar a un “mayor responsable “que se haga cargo de nuestra minoría cívica y ciudadana. El problema de la reprentatividad fue justamente este: ya no representa un solo individuo a un colectivo total , ya no representa ni puede representar una minoría política enjambrada en algún congreso nacional al colectivo total que significa la reunión de las fuerzas vivas y simbólicas de una comunidad global que ha extendido sus fronteras mentales al planeta todo mientras las políticas locales intentan reducir la perspectiva al cuidado y disciplinalmente de la población en su feudo.

Aquí el problema, y aquí los signos incipientes, las primeras
contracciones. Nadie sabe cuanto demorará este parto, pero nadie
duda que se está gestando algo nuevo, solo aguardemos el momento
para dar a luz esta nueva vida.

lunes, 23 de mayo de 2011

El futuro llegó...



No interesa una ciberacción aislada de su perspectiva : importa en adelante lo que suceda con la sociedad significada como red reconfigurada en sus modos de interacción, y la tecnología en avance. Presumo que el animo corporativo de las empresas tecnológicas deberá afianzarse para preparar el terreno de una nueva configuración de interacciones intersubjetivas jamás vista. La humanidad en conjunto estará hiperconectada y sabrá como comunicarse, Estamos asistiendo no a la punta en avance de una flecha, sino a la punta emergente de un iceberg que aun no muestra el fondo. Solo maginen la progresión histórica. Si en los últimos 100 años el salto exponencial ha sido tal que acumulamos tecnología y conocimiento científico, social, simbólico, económico, material, unas cuantas veces mas que en el resto del paso de lo que conocemos como humanidad por el planeta.}
¿qué será lo que resta? El futuro llegó...

lunes, 16 de mayo de 2011

Sobre la locura

A veces nos es dado el pensar en ciertos pacientes que son internados presos de un una doble paradoja institucional: por un lado este juego que les impone la sobre-determinación de la ley y por el otro una ley que falta al modo de una subjetividad ausente, desmarcada de la ley del resto y con un rótulo que la nomina en tanto perteneciente a un lugar otro, un lugar distinto; etimológicamente la palabra locura deriva del latín “locus”: lugar, será entonces la locura en tanto este otro lugar que ha encontrado un espacio donde dibujar los límites que la separan de este supuesto “otro lugar” que habitamos quienes acatamos la norma de la ley social, que nos impone el inter-un juego de roles en la interpretación de la clara expectativa que espera el otro de mi, una respuesta que satisfaga la tipificación recíproca en este juego institucional que construye la sociedad.

Pareciera ser entonces que “el loco”, este otro distinto de mí, que no conoce como reaccionar adecuadamente ante las expectativas de los demás, no sabe cómo adecuarse ante aquello que el otro espera, y en ese sentido se dice que no conoce la ley. Se impone aquí de un modo cruel la ley de la institución, la institución misma es legitimada por una forma en que se han naturalizado sus prácticas desde el discurso científico que no viene más que a invisibilizar el trasfondo moral de la cuestión.

La ciencia muchas veces acude a legitimar las prácticas coercitivas de la institución manicomial, en estos casos se produce un deslizamiento de sentido donde el psiquiatra viene a reemplazar al gendarme en la función de custodiar al sujeto peligroso quien puede ocasionar algún perjuicio a cualquier otro semejante quien sí puede acatar la ley social.

De cualquier modo nuestra labor como trabajadores de la salud no sólo consiste en pensar lo terapéutico sino en pensar lo justo, la igualdad, la ley y al otro en tanto un semejante que sufre, y a uno mismo en tanto otro, a quien le es demandado un pedido: esta demanda, este pedido de ayuda debe sernos primero un toque de atención, no ya en un sentido profesional si no en uno ético y humano.

¿Qué es lo terapéutico entonces?: ¿Una serie de procedimientos minuciosamente controlados?, ¿Una serie descriptiva que defina una nomenclatura de casos y estadísticas y permita operar sobre sujetos como cosas?, ¿un correlato taxonómico que indique que corresponde a cada quien y cuál es el nombre que debemos dar exactamente a cada modo del sufrir?.

Nos inclinamos por que lo terapéutico es ante todo una posición ética y política, una mirada ante el otro como un semejante, como un igual que sufre, no nos legitima nuestro rol como psicólogos ni médicos para cumplir con el llamado al que nos obliga nuestro deber como humanos, no nos legitima un conocimiento más verdadero que el de algún otro, sinceramente pienso que el psicólogo es como un paciente artista quien se entrena y dedica en su arte, que no sólo la palabra es su herramienta sino su práctica, su hacer todo, su cuerpo, su presencia todo eso en conjunto hace al arte del psicólogo como al de un músico o un dramaturgo, y es en esta apuesta más legitima donde se des-compromete con la institución o con un conocimiento legitimado como eficaz o verdadero para comprometerse finalmente con un otro semejante desde una posición que lo responsabiliza como sujeto y no que lo des-responsabilice como un miembro institucional que delega sobre la institución la autoridad que él mismo ejerce y la responsabilidad de sus propias decisiones y su hacer.

La Hegemonía de las significaciones académicas como cristalización de prácticas económicas


El ámbito académico es el espacio donde se construye un tipo específico de conocimiento que luego legitimará las particulares prácticas de quienes logren acumular el suficiente capital simbólico o implicarse en el juego hasta obtener  el reconocimiento de un cuerpo colegiado que sostendrá la coyuntura del campo al que determinen según sus propias prácticas como un conjunto de relaciones objetivas entre los actores implicados.
Podemos pensar en  "la salud mental" como un en territorio en disputa, como una batalla por legitimar un discurso y una práctica que se vuelvan   hegemónicas, la batalla por volver eficiente un capital en juego  justamente  se produce dentro de un campo como consecuencia de luchas entre las disciplinas, mas precisamente una contienda simbólica que se extiende al   lenguaje, lo que está en juego son las prácticas legítimas, lo que está en juego es el dominio de un discurso sobre otro, lo que está en juego es la extensión de las significaciones  del capitalismo  como modelo dominante del campo económico sobre los otros , la pelea simbólica es por la acumulación, acumulación de capital: ¿quién ejerce legítimamente su práctica?, el dominio por la legalidad simbólica que resguarda el Estado como forma de administrar la violencia legítima. Quién intente la práctica de la cura sin ser médico legítimamente reconocido, estaría infringiendo la norma, debería ser criminalizado por el Estado que ampara la hegemonía de sus instituciones a costa de acallar cualquier acto en disidencia con los actores que sostienen la trama simbólica de los campos que legitiman sus prácticas, y en especial legitiman el dominio de un campo hegemónico sobre el resto.
Significaciones siempre simbólicas, violencia siempre legítima, relaciones siempre objetivas, capital siempre eficiente, cristalización de significaciones en instituidos, la recaída en la inmediatez, la naturalización de las prácticas, la trama mítica de los discursos haciéndose cuerpo, haciéndose hospital, haciéndose internos, haciéndose médicos, haciéndose psicólogos, haciéndose objetiva y cristalizando precisamente donde se hacen cuerpo los instituidos.
Las prácticas dentro de las instituciones exigen la pertenencia simbólica a un campo que las legitime, cada tarea, como la del psicólogo, esta regulada por conjunto de relaciones objetivas que legitiman su práctica y un entramado de significaciones imaginarias que constituyen la trama mítica que las atraviesa.
Batalla en el campo de la salud mental, psiquiatras intentando imponer su capital como valor eficiente, psicólogos haciendo lo mismo, psicólogos sociales reclamando el valor de su capital como eficiente. Se abren las apuestas, los actores juegan, cada quién singulariza un particular que recorta del universal de la institución, se replica la lógica del capital, si el psiquiatra juega sus fichas mas fuerte, sobre la apuesta de los psicólogos, y los psicólogos redoblan la apuesta, - quiero vale cuatro-  la misma lógica por sobre la práctica del psicólogo social, luchan los campos mientras la trama mítica de sus significaciones naturaliza la perspectiva de sus actores, el psiquiatra suele creer que realmente es él quien piensa tal o cual cosa en torno a su rol, lo mismo el psicólogo, mientras son hablados creen que hablan, creen que eligen cuando tal vez no hacen más que replicar la trama de relaciones en juego en este campo en disputa.
Así el psicólogo toma distancia de la práctica del psicólogo social, silenciosamente se arroja la legitimidad de lo terapéutico en el campo psi, y el psiquiatra intenta dominar la escena amparado por la cercanía de su práctica al campo hegemónico del Estado.
Todos hacen valer su capital, todos apuestan, es el campo donde se desarrolla el juego, la illusio de sus actores hecha cuerpo en quienes encarnan la trama simbólica de la institución.
Este recorrido es un intento por dar cuenta de algunas significaciones que insisten en el discurso de los actores, psicólogos, psicólogos sociales, y en especial como no logra entrar en juego la producción simbólica de una práctica que es en si misma considerada como “lo terapéutico dentro del servicio”, la práctica de los talleres y los oficiales a cargo, la práctica misma de un oficial carpintero que aparece fragmentada del discurso de los actores del campo Psi, como si su capital no entrara en juego, la casa se reserva el derecho de admisión, de aceptar cual es el valor eficiente con que la apuesta se abre juego. Si desde el entramado simbólico que construye la práctica del psiquiatra se subestima la práctica del psicólogo, si el psicólogo replica esta misma lógica desvalorizando el capital del psicólogo social, si todos estos actores aún se implican en el juego por la acumulación simbólica del capital en un campo, si se reconocen disputando el dominio del campo de la Salud Mental, lo que sucede entonces con quienes trabajan y producen en el entramado de construcciones de conocimiento “desoficializadas” del reconocimiento legítimo del Estado (nadie necesita el reconocimiento de un cuerpo colegiado de carpinteros para la práctica del rol), es aún mas violento : se los “invisibiliza”, como si su práctica misma fuera parte de un dispositivo cuya producción es el logro de la operación de otro campo, como si esta actividad que es la “actividad terapéutica” lo fuese al desplegarse desde la potencia significativa que genera el discurso y el campo Psi.
Apoderarse de las significaciones del otro, sobrecodificarlas maquinalmente, máquinas de replicar, de producir efecto, el efecto del discurso, de la práctica que legitimada por el campo hegemónico produce violencia particularizando las singularidades y devolviéndo en este movimiento el sacrificio de las diferencias al universal que se impone en el modelo que replica el Estado, el estado universal de la norma y la ley, pero de una ley particular que anula la singularidad que dice proteger.

Continuidad rítmica y patrones

Hay  un patrón que circula rítmico y cíclico constituyendo la continuidad que conocemos por " sujeto".

“Tecnología y comunicación” El uso de tecnologías de alto nivel y el impacto en la vida cotidiana.


Las Representaciones sociales, una forma de estructurar la realidad.

El construccionismo social retoma la conceptualizacion de representaciones colectivas de Durkheim, con ello se opone a las teorías intrapsiquicas de la representación y destacando el valor de lo social, sustrato de carácter distinto que se encuentra sobre lo individual, lo antecede y lo determina. Así las define en su libro Sociología y filosofía ...podemos decir que las representaciones colectivas son exteriores a las conciencias individuales, ellas no devienen de los individuos tomados aisladamente sino de su conjunto…pero los sentimientos privados no se hacen sociales sino combinándose bajo la acción de fuerzas sui generis (…) a consecuencia de estas combinaciones y de las mutuas modificaciones que de ello resulta, ellas se convierten en otra cosa”.
Parece interesante destacar otra característica de las representaciones colectivas definidas por Durkheim, ellas se le presentan al individuo con cierta obligatoriedad, de alguna manera se le imponen al individuo en la socialización por medio de la tradición, la educación y la interacción social.
Denise Jodelete en: “La representación social: fenómenos, conceptos y teoría” define a la representación social como ese punto en el que confluyen e interactúan lo social y lo individual como representación social “…imágenes que condensan un conjunto de significados, sistemas de referencia que nos permiten interpretar lo que nos sucede e incluso dar sentido a lo inesperado, categorías que nos sirven para clasificar las circunstancias, los fenómenos y los individuos… teorías que nos permiten establecer hechos sobre ello y a menudo… son todo ello junto.” Es decir que son una forma de conocimiento socialmente constituido y compartido, que determina una manera de ver, de valorar, de clasificar y de accionar en el mundo.
Para nuestra cultura occidental, saber que sus categorías y sus verdades universales son solo construcciones culturales implica un costo muy alto, ya que como analizamos en otra parte del trabajo su ideario se construye alrededor de la universalidad de sus ideas. Pero mas allá de la importancia que la Ilustración le asigno al individuo, como aquel agente que por medio de la utilización de sus facultades racionales lograría un conocimiento objetivo, un progreso indefinido, dominar la naturaleza y expandir la civilización a los rincones mas lejanos del universo, hoy sabemos que hay algo que excede la razón, la capacidad racional de elegir. La teoría de la representación social nos muestra como nuestra mirada, nuestras teorías, nuestros sistemas valorativos lejos de ser universales están atravesados por la sociabilidad que no puede entenderse fuera de una historia y de una cultura.
Ya que un eje central de este trabajo es la tecnología abordaremos las connotaciones que este concepto tiene en su lugar de representación social, y luego confrontándolo y transpolandolo a otra cultura, demostraremos como su valor solo funciona en un sistema simbólico y que solo allí tiene sentido.
La tecnología es un concepto cargado de valores para nuestra cultura. Determina nuestra manera de vivir, de entender el progreso, el bienestar, la forma de relacionarnos con el mundo y es la vara que nos permite valorar otras culturas. Occidente se forjó en torno al desarrollo científico y tecnológico y como consideramos que este valor debe ser universal concebimos la noción de progreso solamente en esa dirección, como consecuencia dividimos al mundo en uno desarrollado, racional que cuenta con desarrollo tecnológico de vanguardia, donde el confort y la felicidad es posible y otro, mundo del subdesarrollo, donde todo es irracional, donde la pobreza y el hambre se imponen, un mundo ignorante que solo desarrollándose en el sentido tecnológico lograra salvarse, la consigna sigue siendo civilizar y civilizarse.
Por otro lado atravesados por nuestra representación social de la tecnología nos abocamos a una carrera donde la adquisición de sus productos implica la solución de nuestros problemas.

Un antropólogo argentino llamado Rodolfo Kusch escribe un libro llamado “América profunda” donde relata el impacto que sufren nuestras verdades al ser confrontadas con las de otros mundos posibles, en este caso ese otro mundo es el interior de América. Allí nos cuenta que cuando se llega al Cuzco después de un largo peregrinaje todo parece hacerse tortuoso, difícil, y que no es solo cansancio físico, ya que nos encontramos con un mundo que nos es ajeno y que no podemos comprender, un mundo que acecha nuestras seguridades y que nos hace temer por la consistencia de nuestras cosas buenas que hemos dejado atrás, entre la gente buena de nuestra gran ciudad…

“…De pronto se ve rezar a un indio ante el puesto de una chola, o a un borracho que danza y vocifera su chicha o a un niño que aúlla poseso ante nosotros, entonces comprendemos que todo eso nos es irremediablemente adverso y antagónico y que dentro traemos otra cosa…que difícilmente ensamblara con aquella…”

Sin embargo le encontramos remedio, todavía podemos otorgar sentido a aquello que se nos manifiesta extraño y que nos hace temer por nuestras valiosas verdades y nuestros logros culturales, tecnologicos. Para Kusch este remedio se concreta en el mito de la pulcritud, nosotros diríamos en la representación social de la limpieza, del orden, de la razón. Entonces pensamos que nos diferenciamos de ellos porque estamos limpios, porque somos civilizados, porque ellos están sucios, son ignorantes, irracionales y subdesarrollados. Imagen que condensa significados, que coagula. Representación social que engloba y unifica todo lo que esta mas allá de nuestras cómoda ciudad, con sus tecnologías, su rapidez y su racionalidad y racionalización de la vida.
Representación social que abarca al camión lleno de indios, a los inmigrantes bolivianos, peruanos, paraguayos y a las villas miserias que circundan a Buenos Aires.

Según Kusch “…la categoría básica de nuestros buenos ciudadanos consiste en pensar que lo que no es ciudad, ni prócer, ni pulcritud no es mas que un simple hedor susceptible de ser exterminado. Si el hedor de América es el niño lobo, el indio rezador… Será cosa de internarlos, de limpiar las calles e instalar baños públicos. La solución para los problemas de América apunta siempre a remediar la suciedad e implantar la pulcritud…”

En las categorías que expresan y estructuran las representaciones sociales, siempre en ultima instancia encontramos categorías del lenguaje que siempre están cargadas de valores sociales, en referencia a ello Occidente ha utilizado el concepto de tecnología naturalizandolo. Así, tecnología es herramienta mas, interpuesta entre el hombre y la naturaleza para satisfacer las necesidades humanas, remitiría a una utilización practica de ella, carentes de contenidos que fueran mas allá de lo utilitario. Un instrumento neutral, sinónimo de un progreso en sentido univoco, la tecnología deberá ser adquirida y vanagloriada universalmente. Como contrapartida todo lo que quede marginado de ella deberá ser descartado, transformado, aniquilado.

Pero un análisis mas profundo y una comparación con otras culturas nos muestra que la herramienta siempre remite a un código, a una red de referentes, de significados particulares de cada cultura, fuera de la cual pierde su sentido. Es por eso que nuestras tecnologías y sus significados no pueden trasladarse sin mayoras consecuencias y tranquilamente de una cultura a otra. Ningún instrumento se agota en su sentido utilitario, sino que remite al sentido total del sistema cultural del que forma parte, a la vez que proyecta valores, significados mas allá de su simple uso. El celular, la computadora son más que simples objetos, nos muestran nuestra relación con la realidad, con el conocimiento, con los otros. Determinan juicios sociales y relaciones que se naturalizan y se universalizan, determinando cierta cristalización en la forma de categorizar a los otros.

Kusch da el ejemplo de un campesino de Bolivia, perteneciente a la cultura aymará, que frente a una gran esquía se niega a incorporar una bomba hidráulico. Ya que en su manera de entender la realidad y en su modo de orientarse para la acción, la tecnología no tiene nuestros mismos significados:

“…el abuelo pertenece a un mundo, en el cual la bomba hidráulica carece de significados, ya que él contaba con recursos propios como el rito… alguien escandalizado lo calificó de ignorante, si el conociera la realidad que lo rodea forzosamente tendría que comprar la bomba, dijo…” y continua “…Pero un calificativo peyorativo como este ¿No es acaso un recurso mágico para avasallar al indígena?...Ahí, decir analfabeto es como si dijéramos en el fondo “ Mire abuelo nos han enseñado que las bombas hidráulicas son importantes. Le ruego que las acepte. Piense no mas, ¿que haríamos nosotros si no?
No es solo la herramienta rechazada, es el rechazo de todo un sistema de valores.


Acerca de la cosa
No sabemos que cosa sea una cosa que mencionamos y de la que no podemos dar cuenta más que con su nombre.
Habría algo así como una entidad de primer orden desde donde partirían nuestras inferencias. Habría “otro algo” tal que eso fuera la palabra que la designa.
Podríamos decir al respecto:
La palabra es la cosa.
La cosa es la palabra
La cosa es la interrelación entre la palabra y la “cosa–en-si”.
Finalmente: ¿Qué es la realidad?
La formulación no conoce respuesta precisa, no se trata pues de poder responder a la pregunta, el problema no consiste en hallar la respuesta correcta, sino en intentar
re-pensar el modo en que se pregunta
Nuevamente preguntamos: ¿Qué es una cosa
nHabría un modo de preguntar que posibilita una apertura hacia el entendimiento de aquella cosa, y otro que la clausura y la confina al estrecho margen de la definición cerrada.
Cuando intentamos entender un fenómeno social, lo que intentamos en principio es encontrar palabras que puedan re-presentar una idea.
No partimos en este intento de “la nada”, partimos desde el mundo fenoménico, y para que nuestro intento sea legítimo es necesario sostener un particular modo de “ver y entender” las cosas.
Nuestras posibilidades sintácticas limitan aquello que puede ser nombrado, dicho.
Nuestro conocimiento de la historia clásica, por ejemplo, no puede exceder la capacidad de significación de nuestro lenguaje.
Algunos lingüistas especulan con la idea que postula un momento histórico donde se produjo un salto cualitativo en la fundación de “Occidente” tal cual hoy lo comprendemos.
Algunas sociedades, como la antigua China, poseyeron sistemas de escritura basados en la utilización de símbolos e ideogramas. Cada ideograma representaba una idea en si misma, tal que su lectura era una interpretación muy subjetiva de estos símbolos significantes, por cierto resultaba muy compleja y difícil de interiorizar por sus actores participantes.
En algún momento la escritura fue establecida sobre la base de un sistema de signos fonéticos, Occidente iluminó al mundo antiguo durante su apogeo clásico al dominar esta nueva escritura.
Con pocos signos fonéticos se logró reproducir “el sonido del habla”, el sonido de la palabra que otorgaba significado a las cosas.
>Esto posibilitó la aparición de operaciones de tipo formal, tales como silogismos, la lógica, operaciones de inducción, deducción y abstracciones.
La formación de sistemas de signos menos complejos redujo el nivel de entropía que poseían las escrituras de tipo ideográfica ya que nunca era precisa la interpretación del símbolo significante (en la escritura fonética la palabra escrita equivale a la palabra pronunciada).

Algunos estudios semiológicos plantean que la unidad mínima de significado no es la palabra, sino la “frase verbal”, ella sería la verdadera portadora de significado, en tanto la palabra sería la resultante de una presión artificial sobre el lenguaje, la palabra acota, recorta en función del rigor formal de la sintaxis.

Hay ejemplos de cómo los niños adquieren el lenguaje a través de la incorporación de frases como “un todo pleno de sentido”, tal que la frase: –vamos a comer-,
es un todo de sentido pleno en sí mismo. Un analfabeto funcional, quien tuviera escasos rudimentos de escritura, probablemente llegaría a intentar escribir toda la frase junta sin separar las palabras.
La sintaxis operaría como una fuerza atomizadora del sentido significante, una descomposición artificiosa de la frase verbal (mucho mas rica como unidad de significado).

Habría que pensar en este punto si verdaderamente una reducción en el nivel sintáctico de la escritura de un lenguaje (una menor cantidad de grafemas por palabra dicha), significa necesariamente una reducción en el nivel semántico (el significado en tanto estructura significante).


Hay una representación social que postula que al reducir, por ejemplo, la cantidad de letras para escribir un nombre, o simplificar la escritura de una palabra mediante el empleo únicamente de sus consonantes, se estría mutilando la lengua, y como consecuencia de esto empobreciéndola, cuando la operación realizada se parece mas a una simplificación operativa (como en el tránsito de la escritura ideográfica a la fonética) donde lo que se reduce es la complejidad de su escritura y no su sentido de significación.
Pensar esto significa pensar el fondo mismo de esta cuestión:
¿Asistimos a un empobrecimiento del lenguaje o a una transformación dinámica que podría inaugurar un nivel de abstracción y significación hasta hoy impensado?
>Así como a los antiguos Chinos les fue imposible elaborar silogismos a partir del modo de escritura con que contaban, a nosotros tal vez nos sea impensable concebir una nueva dimensión sobre el lenguaje.

En una conferencia que diera Heidegger, el filósofo alemán auguraría el lenguaje poético como modo de escritura posible y como salto sobre el lenguaje formal, dando por agotada la filosofía y sondeando nuevos caminos en la tarea del pensar.
La poesía sería en este sentido un salto tangencial sobre el lenguaje, como posibilidad liberadora de la palabra y su capacidad semántica, otorgándole un poderoso sentido polisémico, donde una dimensión nueva se le añade a la significación.

En muchas lenguas antiguas, cada palabra significaba diversas cosas y solo era posible entender tal palabra en su contexto total, estas lenguas poseían un alto grado de entropía a favor de su potencialidad semántica.
Las lenguas modernas acotan esta entropía propia de la palabra colocando cada una de ellas al servicio de una “utilidad específica”, de este modo cada palabra queda acotada a un sentido único de significación.
Tal es la consigna de la modernidad y sus prerrogativa funcional sobre el mundo.
El mundo representado se acota en función de su precisión, siendo tal precisión no mas que la reducción de la capacidad significativa del lenguaje.
La verdadera mutilación, postulo, no consiste en reducir el nivel sintáctico, tal como lo hacen los adolescentes al enviar sus mensajes de texto desde sus teléfonos celulares, la verdadera mutilación consiste pues en otorgar significados únicos establecidos y formas únicas posibles de pensar. Tal es el acotamiento semántico y no sintáctico que ejercen los mecanismos de legitimación de las instituciones que controlan y distribuyen el conocimiento.
Tal vez el retorno a esta extraña forma del ideograma combinado con sus variantes formas consonánticas, abreviaturas y nuevas formas de expresión abran paso a un intento legítimo por recuperar la capacidad de la palabra: por sobre todas las cosas significar creando, y la verdadera capacidad humana: crear y crearse a si mismos en el acto de la creación.>

Revolución o Revelación

Toda revolución comienza con una operación sobre el lenguaje, las palabras viven y mueren igual que los hombres, ellas integran “un todo”, un universo. En sentido estricto un universo simbólico estaría determinado por la posibilidad de significación de un lenguaje. Los límites de tal universo son los límites de lenguaje que opera sobre él, y que a la vez es lenguaje que nace desde el universo mismo. En este sentido el hombre es el único ser capaz de “morir su propia muerte” ya que es capaz de morir a una construcción simbólica de la realidad y no un simplemente “dejar de ser”.
>Así como las palabras nacen y mueren, los sentidos de “lo real” divergen de sus “realidades” y vuelven a converger en nuevos objetos de representación., tales objetos son re-presentados por la palabra.
La tradición mítica de oriente nos habla de una lengua anterior al sánscrito cuya voz era solo pronunciada por los Dioses, su nombre védico era “Tántrico”. Su peculiaridad consistía en que a cada palabra pronunciada una acción-forma inmediata se le correspondía en el mundo fenoménico, tal que la palabra “luz”, no solo la nombraba, señalaba el fenómeno, sino que la posibilitaba y la producía en el mismo acto de pronunciarla. Si un Dios decía llueve, llovía, no como una consecuencia, sino como una forma íntegra de la realidad creadora de esta palabra.

Regresemos ahora desde los vedas hindúes hasta el ciberespacio informático.
>Hay una palabra que rescata la comunicación digital y es precisamente: “virtualidad”, su empleo se debe a una sutil peculiaridad. En la antigüedad, bajo la perspectiva teológica cristiana del mundo, aquello virtuoso era aquello que obraba en relación al bien, un alma virtuosa era aquella que obraba en relación al bien. Lo virtuoso solo era posible ser observado a través de actos que fuesen virtuosos, un alma virtuosa solo era advertida por el modo en que un hombre se comportaba, tal que esta conducta fuese virtuosa, o sea realizada en relación al bien.
>De lo anterior se desprende que lo “virtual” es solo aquello de lo cual es posible advertir sus efectos, tales como los buenos actos, pero nunca la bondad.
>En este sentido se dice que las comunicaciones a través de los medios electrónicos de información son virtuales: de ellas solo se puede advertir sus efectos (el mensaje), ya que todo aquello que corresponda a la parte no-verbal (analógica) de la comunicación está negado.
>De este modo se acota una importante perspectiva del lenguaje, aquella que Watzlawik definiera como “comunicación analógica”, forma tradicional del lenguaje cara a cara.
>En otro sentido vuelve a la experiencia de la comunicación más similar a las experiencias de laboratorio, donde es posible controlar menor número de variables con mayor eficiencia.
Si el medio de la comunicación es “el canal electrónico”, esto quiere decir que lo “virtual” de la comunicación reduce el lenguaje a un universo simbólico mucho mas acotado, donde todo lo analógico carece de significación. Daría lo mismo que al otro lado del sistema emisor-receptor hubiera una persona humana o un complejo programa preparado para responder coherentemente a nuestros mensajes, lo virtual de ambos casos sería indiferenciado, el canal volvería indiferenciable al sujeto en cuestión.
En este sentido se produce un acotamiento de nivel relacional e intersubjetivo entre los actores intervinientes en el acto de la comunicación.


>Ciudades-Sociedades Virtuales

Existen sitios en Internet donde el “navegante” puede aventurarse a vivir una vida en paralelo a la cotidiana, sin por ello infringir ninguna “norma social”.
Tales sitios son llamados “ciudades virtuales”.
 Para comenzar deberíamos “bajarnos” nuestro “navegador” para desplazarnos en este nuevo universo. Un software que permite tener una perspectiva tridimensional desde el interior mismo de un sujeto que es creado por el actor interviniente. O sea bajamos un software de “subjetividad”, este programa permite “ver” desde un punto focal interior al sujeto en diferentes perspectivas, o alejarse de él y verlo desde fuera en contexto con su “realidad”.
Tales ciudades virtuales son construidas virtualmente por distintos actores intervinientes, uno puede desplazarse por ellas asumiendo un personaje (avatar) o rol que cada quièn crea.
Se pueden elegir las propias características físicas y construir la propia apariencia, luego uno puede desplazarse por una calle donde otras personas caminan, tal que uno puede apreciar en la pantalla de su ordenador una determinada cantidad de gente, autos, edificios, plazas, galerías, todo tal cual como si alguien instalara una cámara en directo en una persona física y viera a través de un monitor todo su recorrido y su hacer desde la perspectiva de la propia cabeza del sujeto.
En tal ciudad virtual, a cada sujeto que aparece le está conectada una persona desde su computadora dirigiendo las accionas de su personaje, si vemos a un cowboy mongol caminando por las calles de “Alphaworld”, y nosotros mismos bajo la forma de un glamoroso actor americano de los sesenta nos topamos con él, podemos entablar un diálogo, y bajo el avatar del mongol habrá una persona física respondiéndonos.
Cada personaje de estas atestadas ciudades es ocupado por un “alma virtual”, y lo mas real de estos personajes es su “presencia”, su imagen que a la vez es lo mas virtual.
Paradójicamente lo menos real de estos personajes es “su alma”, o sea los seres que los crearon y controlan.
En estas ciudades hay construcciones, edificios, casas, teatros, cada construcción es generada por alguien, de modo que este objeto se vuelve “objetivable” para todos los actores intervinientes en la ciudad.
Cada edificio posee arquitecturas propias, espacios interiores bien definidos y comunes a todos los actores de cada ciudad.
Cada quién puede construirse su propia casa y tener acceso a ella, solo accederá la gente autorizada por el constructor a su casa, o sea su familia virtual o sus amigos.
Luego de un largo día por Alphaworld nada mejor que volver a una casa virtual…
En estas ciudades virtuales se desarrollan foros, espectáculos, conciertos, se va de shopping, se editan diarios, y todos los personajes objetivizan juntos esta “realidad virtual”.
Recalcaremos, pues, que lo menos real en estos mundos virtuales son los operadores de los sistemas, las personas físicas en tanto que lo mas importante es aquello que aparece, lo aparente y en su aparecer re-presenta y posibilita el “ser” de esta realidad.


Un paso más

Estas ciudades virtuales son construidas por arquitectos virtuales.
Hay muchos mundos posibles, cada mundo posee regiones y ciudades, cada ciudad es habitada por ciberintegrantes de esta experiencia, todas las zonas de estas ciudades son “objetivizadas virtualmente” por todos sus actores.
>Cada ciudad es diseñada por un conjunto de “arquitectos virtuales”, tal que cada ciudad posee sus propias reglas, en algunas ciudades no existe la muerte, en otras no opera la ley de la gravedad, y cada lugar es ordenado por distintas leyes “físicas” y “sociales”.
<>Los arquitectos funcionan como en el caso de “El ojo de Dios”, quienes todo lo ven y ordenan.
>Habiendo mantenido una conversación informal cara a cara con uno de estos arquitectos virtuales, recuerdo anecdóticamente que él me comentara que ellos son como “Dioses en sus mundos”.
Precisamente, ellos al nombrar crean en sus mundos virtuales, tal que pueden construir “realidades” objetivizables por todos los participantes, y definir sus leyes al igual que aquellos dioses védicos.
El lenguaje informático-digital sería análogo al “tántrico”pronunciado por aquellos seres mitológicos que al nombrar creaban igual que los arquitectos virtuales.

<>Conclusiones

1- Las antiguas lenguas tendían a la entropía semántica, sus significantes eran altamente polisémicos y tal posibilidad les otorgaba un alto rango de significación.
Las frases eran entendidas en su contexto tal que descontextualizadas se volvía muy dudosa su interpretación.

2- Las lenguas de escritura ideográfica tienden a una simplificación al organizarse en modos de escritura fonética que con aproximadamente veintiocho signos fonéticos se construye una organización fonética tal que reproduzca “el sonido de la palabra”, o sea la palabra misma. En este sentido la palabra escrita llega a ser la palabra dicha, y luego la palabra re-presentada.
Este conjunto de fonemas despierta una potencialidad semántica semejante a la del ideograma pero con un grado de complejidad mucho menor.
Las lenguas de representación ideográfica precisaban miles de signos para poder construir un universo lingüístico coherente, su entropía semántica era quizá aún mayor que la de las lenguas antiguas de representación fonética, pero esta potencialidad por otro lado volvía a los ideogramas demasiado “imprecisos” y difíciles de interiorizar.
3- La escritura de tipo fonética abre paso a la posibilidad de construcción absolutamente simbólica del lenguaje, esto es, de tipo totalmente “digital”, contra la analogía del ideograma.
También posibilita la aparición de las operaciones abstractas tales como silogismos, inferencias lógicas, y construcciones dialécticas.

4- La reducción del nivel operatorio sintáctico del lenguaje verbal (tal como la simplificación de los símbolos significantes, la reducción de fonemas y la incorporación mixta de formas ideográficas y fonéticas representativas ) no implica necesariamente una reducción de su nivel semántico (esto es de su potencial carga significativa).

5- El acotamiento del nivel semántico (entiéndase carga semántica de las unidades significantes) de las lenguas modernas a favor de la precisión acerca del “objeto” (premisa ineludible de la modernidad y el iluminismo), tal que cada palabra diga cosas precisas, en lo posible significados unívocos en donde una palabra diga una, y solo una cosa, implica un empobrecimiento del nivel semántico de modo que al conservar un mínimo de palabras “necesarias” reducidas a un mínimo de significancia cae el nivel de entropía en perjuicio de la capacidad de significación y representación de una lengua.

6- El verdadero empobrecimiento del lenguaje, postulamos, está dado por la operación anteriormente descripta (proceso de reducción del nivel semántico de una lengua) y no por una reducción del nivel sintáctico).

7- Concluimos que cualquier operación de empobrecimiento del nivel semántico de una lengua reduce la capacidad creadora del lenguaje en la resolución de problemas, propone el padecimiento de perspectivas únicas respecto a criterios subjetivos y objetivos, y tiende a una homogeneización peligrosa de las lenguas y las relaciones intersubjetivas.

8- Postulamos la necesidad de un “estallido semántico” en el pensamiento y el lenguaje para producir quiebres paradigmáticos esenciales.
La objetivación del lenguaje en formas únicas del pensar y la reducción semántica del lenguaje es un resabio del pensamiento “Moderno” anticipado por el iluminismo y luego el neoiluminsmo.
La búsqueda de un “objeto verdadero”, requiere rigor, acotamiento de lo subjetivo y reducción de la entropía a patrones únicos de expresión.

10- Aunque la posmodernidad haya “quebrado” con la noción de objeto verdadero (principio de incertidumbre), a cambio de una estructura conceptual mucho mas flexible al modo cognitivo de una “construcción dialéctica”, o redes de significado, se haya postulado la relatividad de todos los principios, se haya arrojado hacia el caos la construcción de objeto verdadero de la ciencia empírica, y se haya producido una mayor apertura paradigmática a favor de campos mas amplios para el pensar, todavía padecemos de los resabios del lenguaje de la modernidad:
-Significados altamente unívocos
-Formas únicas en que parece manifestarse lo “real” y lo verdadero.
-Patrones sistemáticos de pensamiento lineal.

11- Postulamos la necesidad de alcanzar nuevos niveles semánticos en el lenguaje verbal para superar el “pos-período” de la posmodernidad y hacer así posible la apertura a un movimiento cognitivo fundacional verdaderamente renovado y auténtico y ya no solo un pos-movimiento reactivo a los infortunios del proyecto fallido de la modernidad.
Es necesario en este sentido la construcción de un “lenguaje nuevo”, y esto no refiere a un nuevo idioma sino a una construcción semántica con niveles de mayor entropía, con complejidades distintas y posibilitante de modos auténticamente nuevos del pensar.
Heidegger se refiere en este punto, ante el fin de la filosofía como camino del pesar, (como acabamiento de las posibilidades de lo ya pensado por todos los pensadores) a un modo del “pensar poético” como posibilidad de una significación potencialmente distinta del lenguaje.

12-Como una paradoja de la modernidad los “ciberespacios virtuales” se han instalado en plena posmodernidad resistiendo cualquier verificación objetiva y asumiendo un grado cada vez mayor en la conquista por “lo real”.
Una posibilidad impensada hasta hoy se plantea en forma escalofriante: aquella que intenta reemplazar la palabra por la imagen, un ámbito donde ya no sea posible pensar y donde finalmente hayamos sido por completo “pensados”.

13-Finalmente concluimos que la reducción del nivel sintáctico en el uso de la tecnología de alto nivel para mantener comunicaciones, no implica necesariamente una reducción del nivel semántico, por el contrario esta reducción semántica es operada con anterioridad y es condición de aparición de la ciencia como agente posibilitante de tecnología.

14-Esta tendencia a la simplificación del lenguaje en posibilidades únicas del pensar, ha llevado a un agotamiento de la palabra posmoderna a falta de una lenguaje auténticamente original con que pensar.
A modo de estigma, la posmodernidad carga con el pesado resabio a destiempo de la palabra de la modernidad como acabamiento de lo pensado a través de sus modelos funcionales.
En la posmodernidad el resultado de la saturación de significantes siempre refieren a un único modelo posible: el de la modernidad (como respuesta a este modelo).

Algunas consideraciones acerca de una Representación Social

Habría una representación social que postula la reducción cognitiva de las nuevas generaciones y que básicamente dice así: “Tiempos de antes fueron mejores”.
Como si hubiera una caída cultural donde cada individuo se estuviera precipitando hacia una especie de “abismo social” donde además generación tras generación cada sujeto padece un cercenamiento cognitivo respecto a su par antecesor.
Así podemos pensar de este modo en un núcleo figurativo que plantea la caída hacia la barbarie, o la horda primitiva al final del recorrido y en el mejor de los casos.
De tal modo se ha llegado a desconfiar de las capacidades de discernimiento de los adolescentes en cuanto se refiere a su comunicación, popularmente se desestima la sintaxis que ellos emplean al comunicarse creyendo que ellos empobrecen, deforman y cercenan “la lengua” al utilizar sus modos abreviados de expresión.
Dudosamente esta representación pueda elevarse desde la categoría teórica de representación social, sus premisas caen y funcionan como modo de legitimación popular desintegrado de un verdadero estudio ontológico.
Esta forma de representación permite asimilar por parte de las personas que quedan excluidas de los modelos comunicacionales en desarrollo, una forma de legitimación de sus propios procedimientos comunicacionales como mas efectivos, de mayor envergadura o mas comprometidos ya sea con la realidad o con las personas y los sentimientos.
También este tipo de representación social permite a sus participantes
Justificar su disfuncionalidad respecto a la asimilación de nuevas estructuras de conocimiento.

Conocimiento-Poder

Respecto al par al que se refiriera Foucault conocimiento-poder, el discurso dominante siempre intentará sostener su lugar privilegiado del conocimiento respecto a manifestaciones resistentes.
De este modo desacredita el lugar del otro mediante una discriminación selectiva del conocimiento.
Al respecto podríamos pensar que los nuevos discursos intentan surgir para quebrar aquel otro dominante.
En el particular caso de los nuevos sistemas de comunicación habría que pensar un hecho histórico como posibilidad de reflexión.
Al final de la Edad Media se produce uno de los hechos mas revolucionarios y reveladores de este período, la aparición de la Imprenta, con ella la difusión rápida del conocimiento, hecho definitorio para el origen de la reforma protestante y para concluir este período histórico.
Instituciones como el Vaticano pierden poder y credibilidad con un instrumento que al principio parecía beneficiar solo al poder instalado.
Pensemos entonces en la Internet y las posibilidades que no solo le sirven al discurso dominante, sino además como vía legítima de comunicación de las minorías resistentes.