miércoles, 23 de noviembre de 2011

Murallas y Membranas



Las murallas defensivas de las ciudades micénicas y la progresión de las formas de fortificación alrededor de cualquier asentamiento humano me recuerdan los procesos de los organismos biológicos, como en el caso  donde la membrana que recubre las organelas internas constituye el paso decisivo de transformación hacia la forma de las células eucariotas, donde primitivas    formas vivas como las células procariotas  “deciden comenzar a trabajar en conjunto”y dar un paso hacia adelante en vista de su inter-relación.
Desde esta perspectiva, podríamos pensar que todo límite marca un intento de organización específico, las murallas de Micenas, el muro de Adriano en la antigua Bretania: quién decidió que hasta allí se extendía el mundo (y por supuesto que el territorio del mundo coincidía con los límites de Roma), la muralla China, el muro de Berlín, las fronteras nacionales, los cercos electricos de los barrios cerrados, todas ellas, formas de un intento de organización funcional y sistémco que procure su supervivencia resistiéndose al caos de la exterioridad pura donde todo lo otro queda fuera del mundo.
¿No les llama la atención también que la arquitectura y urbanización de las ciudades modernas se parezca tanto a las vias capilares por donde circulan los fluídos corpóreos?, la sangre por el cuerpo se distribuye a través de redes: arterias, venas, vasos, capilares que transportan pequeños organismos que a la vez transportan elementos que fluyen, se integran, combinan, reúnen y transforman decidiendo que lugar ocuparán, o de que modo se integrarán a la masa celular estructurada bajo una forma específica que a su vez constituye parte de un cuerpo orgánico.

No olvidemos que una de las construcciones del concepto de “inteligencia” se ancla en la idea de una capacidad anticipatoria de eventos como respuesta adaptativa al medio; y la “conciencia” se concibe como interiorización de una identidad exterior duplicada sobre un mapa simbólico que reconstruye el equema biológico y sus funciones cognitivas y sociales al modo de una entidad auto consciente y auto defensiva.

Entonces, los límites marcan el cierre de esta entidad organizada sobre los elementos de la exterioridad recortando un tramo del “todo” mismo y reconfigurando la funcionalidad de los elementos en una interaccion proactiva que defiende y reproduce la estructura amurallada que ha consturído.