Hoy, hace diez años, yo tomaba un vuelo de United en el aeropuerto JFK. Eran las 0030 horas, había pasado todo el día en las playas de Long Island, había caminado por Brooklin con amigos, ese día había sido espléndido, radiante, diáfano. Quería cantar como Whitman !
Pensaba quedarme algunos días más, pero el vuelo de la noche estaba bastante vacío, y yo, joven viajero, aprovechaba los pasajes que Marcelo, un amigo, conseguía de la empresa al costo: viajaba solo cuando había lugar en el vuelo, otros tiempos: no tenía prisa ni pausa.
Mi amiga Jaquie, mi anfitriona en NY, azafata de la misma línea donde viajaba, había cambiado sus vuelos programados con otras compañeras para dejarse libre esos días y pasarlos juntos, el 11 también lo había tomado franco; ella cubría el vuelo de New York a San Francisco.
Pero el vuelo de la madrugada del 11 estaba notoriamente vacío y era una buena oportunidad para viajar a Londres, pasaría uno o dos días allí antes de alcanzar mi destino: Atenas.
La noche desató una tremenda tormenta, y cuando mi vuelo despegó ya se sentía fuerte el temporal.
Fué una de esas veces en que pensé: y si ahora el avión se cae ?... y temí.
Parece que mi vuelo aterrizó en Heathrow en el momento en que otro vuelo de United aterrizaba en el infierno mismo ...o vaya a saber como le llaman algunos fanáticos, crueles, insensibles delirantes y maníacos al cielo de los mártires bonzo versión Alá; que para mi es infierno aquí en la tierra también.
Solo me enteré al rato, caminando por las calles de Londres, cuando veía en el escaparate de una tienda la escena en una tele y pensaba que se trataba de alguna película nueva, de esas tipo "Infierno en la torre" o alguna bizarra estilo "Duro de matar" , pero no, en cada esquina veía mas gente alrededor de los negocios, mirando cuanto televisor encontrara, veía los rostros, las miradas, el horror en cada gesto; y nunca más olvidaré la marca que llevo en mi alma de ese día... como tantos otros, otro día más....
Pasé una semana en la capital Británica, los aeropuertos estaban cerrados, recorrí museos, pensando en la historia y viviendo la historia que estaba a punto de comenzar para el mundo.
La caída de las torres, seguramente los textos que construyan la historia piensen en retrospectiva este hecho como hito, como punto de infección que hoy no presentimos por la cercanía, que yo ya llevo en el cuerpo como marca indeleble y en el alma como si fuera hoy.
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