País de la infancia,
¿Te volveré a ver?
Donde se regodeaba como el ave mágica toda,
toda mi lúcida niñez.
¿Te volveré a ver joven incrédulo de la muerte?
Amigo del dolor impreciso,
Hoy que arden mis ojos como encendidos en llamas,
las pupilas son brasas que incendian mi conciencia, y allí debajo
los ríos de luces que cruzan hacia el mar del reposo.
Sueño, sueño mío, todo hacemos los hombres por olvidar el horror.
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