Me gusta mucho la propuesta de Mircea Eliade , quién considera la idea de un salto desde el tiempo cíclico , el tiempo de lo mítico, el tiempo donde las cosas volvían a suceder, un tiempo sellado donde los humanos repetíamos nuestras partes y libretos en cada ciclo , y donde el cosmos ( naturaleza, artefactos e instituciones ) se repetían inexorablemente; Y yo pienso que en un tiempo así no recordábamos, sino que éramos recordados en cada repetición. El salto a la historia implica linealidad, no repetición (en el sentido de lo mismo), implica ese eje de coordenadas que Descartes sienta en el espacio para que los puntos de la línea no se crucen: ese es nuestro tiempo irrepetible, inexorablemente lineal, donde cada hecho establece un nuevo punto en la línea. Y yo pienso: si la historia es esta línea que avanza, esta visión única de pasajero que se mueve hacia adelante mirando detrás, esta línea recta ( rectificada forzosamente en la fragua de los símbolos hegemonicos de la cultura dominante), o la historia es mas vale como una onda expansiva: que se mueve en todas direcciones, con distintas intensidades y tiempos, encarnada en diferentes actores que transportan en el vehículo de sus vidas los tramos de esta explosión de sentidos donde la memoria nunca permanece igual . No lo se, pero la visión de esta historia expansiva, múltiple, y de fragmentos integrados en un espacio cúbico se me representa mejor que la histórica cíclica o la del plano.
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