No tengo una respuesta ni creo que la haya en forma de verdad, tal vez no haya algo así como un "gran motivo general", y sea en parte para desahogarse, para mostrar respeto, para difundir la noticia, para participar del hecho social, para compartir nuestros sentimientos, para mostrarnos o para congregarnos. Pienso además, que así como compartimos la vida, también compartimos la muerte en estas redes digitales de información, que el hecho mismo de la muerte como invariante antropológica y mas que la muerte el rito funerario, es una marca de identidad para un colectivo : el nacimiento y la muerte son ritos de pasaje, cambio de estado, en uno incluimos y reconocemos al nuevo miembro de nuestra tribu, en el otro intentamos simbolizar algo que no podemos entender : despidiendo su alma, augurando buenaventura en el viaje eterno, rogando a dios que descanse, propiciando la continuación del los ciclos, homenajeando su memoria, o simplemente abandonándonos al desconcierto de la desaparición de ese otro que ahora en el resto del cuerpo yace inerte y desconocido. La muerte cobró sentido cuando la pudimos simbolizar como especie, antes de eso moríamos como hacen los animales, simplemente cesábamos y el despojo del cuerpo era abandonado sin ser reconocido: la manada no aparece individuada, la colmena tampoco, no importan las singularidades, importa el conjunto vivo del grupo como un todo, la muerte es lo que debe evitarse para todos, no para uno solo. En el preciso momento en que surge la muerte como símbolo surgen los ritos funerarios, y la idea de la muerte del otro como anticipo del propio destino.
Los despedimos en Facebook porque tal vez de alguna manera hay que despedirlos: porque quizás con nuestros muertos también morimos nosotros un poco, que como dice un amigo, se muere de a poco hasta que se muere del todo, porque muere en quienes fueron significativos para nosotros todo lo que en ellos nosotros también significamos, porque estamos hechos de significaciones y son en ellas que morimos: en ese que ya no podremos ser en la mirada del otro, o en ese en quién nos reconocíamos en la mirada de los otros. El rito mortuorio sella los diques simbólicos de la conciencia al pasaje de la muerte: ahí van los muertos, y aquí permanecemos los vivos, eso decimos: Allí van los muertos y aquí nosotros los vivos saludando al que fuimos en ese que también seremos- Exorcizamos la conciencia de la muerte en el rito , esta vez sin fuego ni tierra, solo palabras, bytes, vacío y desconcierto