sábado, 10 de marzo de 2012

Problemas precursores en la ciencia


El punto inaugural de la escuela Milesia está dado en la aparición de los problemas y la particular forma de planteo que propone Thales de Mileto hacia el siglo VI ac.-
Este modo de entender el mundo comienza con la separación de aquellos fenómenos entendidos como “naturales” y aquellos otros fenómenos “sobrenaturales” como resabio heredado del viejo modelo de explicaciones míticas asociadas a dioses antropomórficos extendidos a la exégesis de los problemas que desde Thales en adelante serán “naturales”.
La separación entre la Naturaleza y los Dioses exige reemplazar la idea de “voluntad divina” por la idea de “causa natural”, el trabajo es ahora encontrar la causa que origina y produce el fenómeno, aislar la cadena de causas naturales para pensar la aparición de tales fenómenos.
Esta búsqueda de la “causa original” llevó a Thales a encontrarla en un elemento: el agua; Anaximandro su discípulo, pensaría en un concepto más abstracto como el “Apeiron”, aquello infinito e indeterminado para simbolizar la causa originaria en la constitución de todos los elementos de la naturaleza, dando lugar a la primer teoría evolucionista de las separaciones de un “todo” originario. Anaxímenes pensará luego en “El Aire” como causa originaria y “principio de todas las cosas”, y en un complejo proceso de rarefacción-condensación diferenciando a las sustancias y elementos particulares volviendo al principio monista de Thales pero bajo una perspectiva conciliadora con Anaxímenes donde el aire es un infinito como el apeiron de Anaximandro pero determinado como el agua de Thales.
Se le debe a los Milesios la forma de interrogar a la Naturaleza de un nuevo modo, la expulsión de los Dioses para las explicaciones del mundo, la relación entre causas y efectos para la demostración de los fenómenos, la búsqueda de cadenas causales inteligibles para dar cuenta de los mismos, la búsqueda de un “origen” y la práctica de la crítica racional como nueva actitud del hombre frente a la naturaleza, entre los aportes fundamentales de estos “Filósofos-Científicos” inaugurales de la nueva ciencia.
La escuela de Eleas
Situaremos en Parménides y su poema ontológico como el presupuesto básico sobre el que plantear
el problema del cambio”, problema que tuvieron en común ambas escuelas, y el dilema entre los Milesios y Eleáticos: si tal cambio es posible.
Según Parménides “el cambio” no existe, es una ilusión de los sentidos (y aquí otro problema con los Milesios, dados a la experiencia de lo sensible como fuente de validación de conocimiento), “...Lo que es, es y lo que no es, no es...” dirá Parménides. Según Parménides el Ser es único, ilimitado, no tiene comienzo y es inmóvil. Esta concepción del Ser funcionará como traba a cualquier pieza que queramos mover en el tablero del pensamiento; el Ser es un absoluto no observable. Parménides razona mientras Thales observa y explica.
El Ser no es observable, y no tiene sentido intentar observar, de la nada, nada sale y la nada, nada origina: no hay posibilidad de que algo que “no era” comience a ser ; “algo” “fue siempre” o “no fue nunca”. Muralla más alta que las de Troya para el modo de preguntar de los Milesios, posición que cierra cualquier pregunta por el origen al modo Milesio.
Parménides impone la Teoría como sustrato de la ciencia, a diferencia de Thales y su observación.
La pregunta en este punto, entre ambas escuelas sería: ¿cómo hacemos para conocer? ¿Observamos y explicamos o razonamos.
Otro discípulo de Parménides, Zenón de Elea, concebirá la prefiguración del experimento mental bajo la paradoja de Aquiles y la Tortuga, argumento que pone de manifiesto la contradicción entre la observación empírica y la razón: no importa que sea empíricamente posible si es racionalmente inviable: así de este modo defiende las tesis eleáticas de su maestro negando la existencia del movimiento o la pluralidad del ser.
La escuela Eleática se va a contraponer a la teoría del flujo universal de Heráclito donde se jugará también el problema del “Ser” y el “Cambio”. Heráclito, opuesto a la doctrina del ser Parmenídea sostendrá que todo se halla sometido al cambio, que todo fluye, mientras que Parménides dirá que el cambio no existe y es una mera ilusión de los sentidos, finalmente Meliso de Samos afirmará su doctrina de la perfección del ser increado.
El problema del movimiento mantendrá derivaciones hacia escuelas como la de los Atomistas (Leucipo-Demócrito), quienes concebirán al ser como pequeñas esferas de ser increado, sólido e indivisible en medio de los cuales hay vacío; Y razonarán sobre la subdivisión física del espacio
( condicionada por la naturaleza) y matemática ( Sin correspondencia con la realidad).
La paradoja de Zenón planteada en un espacio matemático va a encontrar una solución por esta vía en la concepción de este espacio físico como la sucesión de pequeños espacios de conjunto discreto de materia-
Los Pitagóricos además de realizar aportes fundamentales a las matemáticas, las armonías musicales y la geometría, hasta llegar a su gloria con el desarrollo del teorema de Pitágoras, colocan por primera vez la idea del origen en una entidad absolutamente abstracta como los números, llegarán a pensar que existe un sustrato donde solo ocurren relaciones numéricas y concebirán a los números como cosas en sí mismas hasta el más profundo fetichismo.
Si los sentidos son débiles lo que importa es pensar, van a decir, y pensarán en relaciones numéricas.
En suma, los presocráticos abandonarán la idea de causas sobrenaturales, e inaugurarán de aquí en más algunos problemas para sus sucesores: las discusiones fundamentales sobre aquello que permanece como un Universal y aquello susceptible al cambio como un particular. Abrirán el debate sobre el fundamento más confiable para el conocimiento: si la razón o la experiencia sensible; Discutirán sobre el principio u origen de las cosas: Tesis monistas o pluralistas (Empédocles y los cuatro elementos, Anaxágoras y la semillas, Demócrito y el átomo)-
En fin, los llamados Presocráticos prefigurarán los problemas de la ciencia en adelante para sus sucesores.


No hay comentarios: