sábado, 14 de enero de 2012

Historia de soledad en la era de las comunicaciones


Anita Devita es una mujer de ochenta años, se desempeñó en el gremio de la confección textil, en Laboratorios Gador, empacó mercadería para Nobleza Piccardo, y dice haber trabajado toda su vida.
Cuenta haber tenido un novio que falleció cuando ella tenía cerca de sesenta años y nunca mas volvió a formar pareja, que su casa queda en San Justo ( Buenos Aires) no tiene hijos ni familiares mas que su hermana María que vive en Floresta, que tiene dos sobrinos, que se llaman Nicolás y Alfonso, que llora en este momento frente a mi porque hoy le dan el alta a mi madre y nos vamos del sanatorio.Durante estos días he conocido a Anita, al principio se la veía con la mirada perdida, fijaba la vista en algún punto inalcanzable del cuarto, quedaba en silencio durante horas. Hoy mira la televisión, ha sonreído varias veces, nos contó historias de su vida con mucha coherencia, sin perder el hilo narrativo ni la continuidad en la exposición-Anita sufrió un accidente donde quebró su cadera, fue operada con éxito, le fue dada el alta, pero al momento de llevarla nadie apareció a buscarla, sus sobrinos ( quienes ella dijo que la trajeron al Sanatorio), nunca mas aparecieron.- Yo constaté toda esta información con las enfermeras, y es cierto, Anita fue abandonada en la habitación 1608 del Sanatorio Guemes ( CABA). Luego de su primer alta enfermó a causa de una patología intra-hospitalaria, se recuperó, volvió a enfermarse, y se recuperó nuevamente- En este momento está esperando que alguien se haga cargo de ella, y como eso no sucede la gente del hospital pidió su derivación a una institución geriátrica por intermedio de PAMI- Esto es lo que supuestamente esperan hace mas de tres meses-Ana fue abandonada, las enfermeras me contaban que es común que esto suceda con mucha gente mayor, que de a poco se desmejoran y que muchas veces fallecen allí dentro de alguna enfermedad de la que se contagian.Que de a poco sufren trastornos cognitivos, que se pierden y que se desmejoran muy pronto a partir de ello.En estos días que compartimos con Anita, hablamos, interactuamos, sonrió, ella sintió que alguien la reconocía- Nos contó mucha cosas de su vida y mostró como recuperaba su coherencia al tener un sentido y ser tratada como un sujeto, y no como una cosa en deshecho, porque en eso nos hemos convertido: en mercancía en des-huso cuando vence el plazo, abandonados si no somos rentables, desahuciados a la deriva de un río donde todo flota según el peso del valor económico que pueda aportar al dios capital, y aquí los sacrificios, las ofrendas humanas como regalo vivo para el volcán, como las rocas sangrantes de las pirámides y sus sacerdotes ofrendando cuerpos descorazonados a dioses furiosos también- Hoy los sacrificios son hechos con el filo del olvido, mas cortante que la obsidiana, con el filo del desamparo, tan duro como el cuchillo salvaje del rito cruel que hoy se reanima en nuestros abandona-torios.Ana no duerme, sueña de día , Ana quiere jugar-

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