Un profesor del seminario de Historia de la Ciencia me miró con desconfianza cuando le planteé que con las partículas sub-atómicas, o partículas elementales, como más les gusta llamarles ahora, volvemos dos mil quinientos años en la historia a plantearnos el problema de Demócrito sobre la indivisibilidad del átomo, (si la materia es continua o discreta).
Creo que es en definitiva el talón de Aquiles de la física, el planteo ontológico que el positivismo más acérrimo no logra vislumbrar.
Creo que es en definitiva el talón de Aquiles de la física, el planteo ontológico que el positivismo más acérrimo no logra vislumbrar.
El problema comienza cuando intentamos hacer esa división de la materia ad-infinitum en el laboratorio o en el acelerador de partículas: ¿hasta dónde?- Es una perspectiva epistemológica, el hasta donde de la ciencia positivista demanda una respuesta empírica, y esa respuesta no se satisface con un argumento racional- o sea que la materia sea discreta sería una apreciación teórica aunque el tratamiento epistemológico de la ciencia positiva es en la práctica como el que se le pudiera dar a un ente continuo-
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