Textos Iniciales
En estas redes virtuales, donde confluyen las miradas obtusas de nuestos ojos ciegos de tanto exceso de mundo, se torna insoportable ya la profusión de lo mismo. Como en un laberinto de espejos, engañados por el doble que nos devuelve la luz ya no sabemos cual es más real, si la imagen o el reflejo...
El irresoluble enigma de la realidad, y nosotros mismos como afirmación del misterio. Los crímenes de la estupidez, ofrendando cada dulce instante al propósito vano de un dios muerto, al estéril producto de la modernidad que ensalza la virtud ausente, la mentira paraíso, espantando la quimera de un destino al que se niega. Oh! pobres de nosotros, y nuestras clandestinas confesiones, acaso ya estemos sordos y mudos. Pero bohemios y tenebrosos, locos de horror volcamos del ánfora el veneno, el que nos prohíben los comedidos y recomiendan los demonios, expiaremos las culpas del mármol entre sollozos y gritos, convocaremos a las lánguidas formas de sus cuerpos extenuados de tanta cosa cierta, desesperados de tanto deber, entregados al tedio fatál del desamor, y entre convulsiones y espanto, tenderemos nuestro terciopelo y forzaremos al encuentro.