Creo que al final todo el "sistema social" se reduce a un problema de código. Como si un patrón de cambios y transformaciones dentro de un sistema cerrado intentara perseverar en su forma a fuerza de transformar su medio en si mismo. Ese es básicamente el concepto de auto-poiesis en Maturana. Creo que la política es también otra manifestación de esa fuerza: la misma que lleva a las células a dividirse y multiplicarse para perseverar en una forma biológica ( la especie) a través de sus especímenes. A esa fuerza habría que pensarla como se piensa a la gravedad, el electromagnetismo, o la fuerza nuclear: matemáticamente como una proporción, como una relación entre cuerpos que se atraen y repelen, o como posibilidades determinadas por la intervención del observador que desencadena el fenómeno observado. Nosotros somos parte de esa fuerza: hubo un salto para que unas simples moléculas se organizaran en cadenas de aminoácidos esenciales que codificaran las primeras estructuras orgánicas simples, otro salto para que esas células se organizaran en "organismos pluricelulares", otro para que esos organismos se adaptaran a cada uno de los medios en que su deriva filogenética se continuó hasta alcanzar a integrarse en estructuras mas especializadas como los cardúmenes, rebaños y manadas, hubo otro salto para despertar la "conciencia autoreflexiva" con capacidad holográfica de situarse fuera del todo sensible que ese organismo integraba, lanzándose mas allá de su sensibilidad. Hubieron saltos de integración de capacidades y habilidades que se valieron de la tecnología como forma humana específica de adaptación al medio . Estamos al borde de otro salto, eso ambos lo sentimos, muchos lo sabemos, pero el misterio sigue siendo la naturaleza de esa fuerza que impulsa "los saltos". Yo ya te había planteado en su momento que quizás deberemos ser nosotros los que demos ese nuevo "salto de fe" para concebir un cosmos mucho mas extraño que lo que nos muestra la ciencia actual. Somos apenas una chispa perdida brillando en la inmensa oscuridad cósmica, encendemos este fuego del entendimiento un instante tan breve que al final creo que lo único que nos redime es el amor.
El poeta es un labriego, ha de ser muy laborioso, y apenas esperanzado en cosechas pródigas, solo producirá lo justo (no ha de faltar ni acumulará por si acaso), él debe establecer un equilibrio entre las potencias creadoras de la tierra y el influjo vivificante del sol, él cuida de estas fuerzas primigenias, y él, todo él no es más que la sombra de un oficio que encarna en la palabra que lo nombra: Poeta.
domingo, 24 de abril de 2016
jueves, 14 de abril de 2016
Mentira
Mentira todas las publicidades que exhiben el despilfarro de las clases dominantes, su "buen gusto" , sus lujos, sus prácticas excéntricas, sus "costumbres sofisticadas" , solo para enrostrar a los pobres y sometidos del mundo la diferencia, como una marca obscena que distingue a las personas volviendo exclusivas a algunas para excluir al resto...
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