Querido Papá, viejo,
hoy te recuerdo más que nunca.
Ya me decías vos que eso sucedería.
Ahora Viejo, somos lo mismo,
fragmentos de este cosmos,
de este infinto que se conjuga en nuestros nombres, en nuestras historias,
en nuestros días, viejo.
Ahora papá ya somos niños de nuevo,
ya seremos lo mismo viejo,
y el río de la vida, que fluyó en nuestras venas nos llevará adelante en la corriente de los días que vendrán.
Porque después de nosotros vendrán miles, y como luciérnagas en pequeños relámpagos iluminando el mundo con el alma ardiente y el pecho lleno de amor .
Querido Viejo, no me llores que yo te sigo siendo ahora el mismo que lleva esta antorcha encendida en la punta de los dedos con la llama de tu corazón.
Te amo viejito, te lo digo de nuevo porque tengo la sensación que no te lo había dicho tanto...